Por: Alfredo Asturias
En esta edición decidí platicarles un poco acerca de un tema que para mí hace toda la diferencia. Mindfulness…que es más o menos la capacidad de la mente de estar presente y conciente en un momento determinado, es sincronizar el cuerpo y la mente en la realidad del presente, del aquí y el ahora. Esta es una cualidad propia de cualquier ser humano que muy pocas veces podemos poner en practica. Nos cuesta demasiado mantenernos en el presente, tenemos la tendencia a proyectarnos, ya sea al pasado o al futuro.
Mindfulness es una técnica de meditación que tiene como objetivo el entrenarnos a estar en el aquí y el ahora, en el momento presente. Consiste en volverse un observador de nosotros mismos en este momento y lugar, sin emitir juicios, sin darnos látigo, sin analizar nada, solamente observar, sentir…
Algunas definiciones que tomé de la página del Instituto Mindfulness, de Santiago de Chile: “Darse cuenta de la experiencia presente, con aceptación,”, Prestar atención de manera particular como propósito, en el momento presente y sin juicios mentales.”, “La capacidad humana universal y básica, que consiste en ser consiente de los contenidos de la mente, momento a momento.”, “Conciencia plena es mantener viva la conciencia en la realidad presente.”, “Estar frente a la desnuda realidad de la experiencia, observando cada evento como si estuviera ocurriendo por primera vez.”
Descubrir esto y practicarlo fue un paso muy importante para mí en mi crecimiento personal. Al hacerme conciente de esto me di cuenta que yo pasaba proyectado la mayor parte del tiempo. O estaba dándole vueltas a situaciones del pasado o estaba proyectado al futuro. Cuando uno se proyecta al pasado los sentimientos que se manejan son culpa, vergüenza, resentimiento, etc. Cuando uno se proyecta al futuro los sentimientos son miedo, ansiedad, incertidumbre, etc. Es importante aclarar algo, el ser humano necesita recurrir a pasado para tener acceso a lo aprendido, a las experiencias del pasado que podemos utilizar hoy para crecer. También necesitamos planificar el futuro, eso nos da un sentido de seguridad personal, un orden y una estructura en nuestras vidas.
Pero hay una gran diferencia entre planificar y proyectarse. Planificar es con la cabeza, es algo práctico. Proyectarse es a nivel emocional, es tener sentimientos por algo que ya pasó o por algo que no ha pasado. Cuando uno tiene un pie en el pasado y un pie en el futuro se está cagando en el presente dicen por allí.
Yo me acuerdo cuando tenía mi oficina en Multimédica, en el piso 14, con una vista preciosa, verde por todos lados, los volcanes azules, el cielo…todo un trip era esa mi oficina. Un día llegó alguien y me dijo que si ya me había dado cuenta yo de la cantidad de colores y de diferentes tonalidades de cada color que se veía desde la ventana y me di cuenta que no, que nunca me había puesto a observar detenidamente los detalles de los que tenía frente a mi todos los días. Había como ocho diferentes tonos de verde, como seis azules, varios rojos, amarillos, anaranjados, a veces parte del cielo se ponía morado. Había una variedad de formas y de colores increíbles, y encima, los colores cambiaban varas veces al día dependiendo de la posición del sol. Otra vez, más o menos por esa misma época, nos fuimos a Atitlán, a la casa de unos amigos en donde habíamos ido muchas veces antes. A ellos les gustaba salir a caminar desde la casa hasta una roca enorme que quedaba como a tres kilómetros de distancia, yo me iba con todo el grupo haciendo cara de que me la estaba disfrutando pero por dentro iba renegado y peleando porque yo hubiera preferido quedarme en la casa haciendo otras cosas, cualquier cosa, menos lo que estaba viviendo en ese momento.
Ese era otro de mis defectos de carácter que tiene que ver con la proyección y que yo creo que siempre lo tuve, yo siento que nací así. La inconformidad perpetua…Si estoy aquí quiero estar allá; si estoy con ésta o éste, quiero estar con aquella o con aquel; si estoy comiendo carne, quiero mariscos; si estoy haciendo esto, quiero estar haciendo esto otro; si me tengo que dormir, quiero estar despierto y si me tengo que levantar quiero seguir durmiendo y así…siempre la inconformidad y la imposibilidad de vivir en el aquí y el ahora, de disfrutar del presente sin querer alterarlo, cambiarlo, juzgarlo, etc.
Bueno, pero regresando a Atitlán, en una de esas caminatas uno de estos amigos me dijo que yo no me disfrutaba de la caminata porque solamente estaba ahí físicamente, pero que mi mente y mis emociones estaban en otro lado, me dijo que me quitara los audífonos que tenía puestos y que me permitiera sentir, oír, oler y ver todo lo que estaba pasando en ese instante. Así lo hice y me pasó lo mismo que en la oficina de Multimédica, descubrí cosas que nunca antes había visto a pesar de que siempre estuvieron ahí, logré verdaderamente apreciar y disfrutar de las cosas más sencillas. Los colores, el lago, el reflejo del sol en las olitas que se forman en el agua, parecían estrellas en el cielo azul, los olores, los ruidos del agua, de los pájaros, etc.
La cosa es que esas dos experiencias, la de Multimédica y la de Ati, me hicieron interesarme en la búsqueda de técnicas que me ayudaran a estar en el aquí y en el ahora, esto fue hace más o menos catorce o quince años. .
Para mi el gran reto era lograr estar en el presente física, mental y emocionalmente. Cuando hacía una actividad en la que lograba hacerlo me la disfrutaba al máximo. No es fácil, es una práctica constante, es hacerse conciente de nuestra naturaleza, aceptarnos totalmente como somos para no darnos látigo y empezar a practicar.
El mindfulness es una técnica muy sencilla pero muy poderosa, realmente funciona. Yo los invito a hacerlo dos veces al día por lo menos y en una semana uno ya percibe los cambios. La forma más practica de saber cómo hacerlo está en el internet, hay mucha información, solo es buscarla. Yo al principio me metí a YouTube, busqué Mindfulness en español, y encontré un videíto de trece minutos que se llama “Mindfulness para principiantes”, hice lo que ahí me sugirieron como por un mes y después ya empecé a adentrarme en el rollo por mí mismo.
Presente…por algo a un regalo se le dice presente…realmente es lo único que tenemos, es lo único de lo que realmente nos debemos ocupar, si nuestro esfuerzo se centra en hacer lo que tenemos que hacer bien hecho en ese momento y estar física, mental y emocionalmente en lo que estamos haciendo, todo lo demás viene por añadidura.