Las personas que sufren de ese problema comen en exceso, se dan “atracones” frecuentemente, y después se purgan provocándose vómitos, o ingiriendo diuréticos o laxantes para no aumentar de peso. Sienten miedo a no poder parar de comer voluntariamente, y la comida siempre está seguida por períodos de depresión. Los episodios en los que se come compulsivamente pueden ser planificados, pero también ocurren de manera improvisada. Las comidas generalmente tienen un contenido muy alto de calorías, con sabor dulce, y una textura que facilita el comer rápidamente. Todos los que tienen desórdenes en el comer, dicen tener una inclinación especial hacia los carbohidratos.
Cuando la enfermedad está muy avanzada, el individuo puede vomitar hasta cien veces al día. Sin embargo, esto se hace a escondidas. Normalmente, y, contrario a lo que se cree, la persona bulímica no es obesa, sino más bien delgada. El 95% de los pacientes bulímicos son mujeres.
Por lo general, la enfermedad tiene, por lo menos, tres de las características siguientes:
1. Comen compulsivamente alimentos que tienen un alto contenido de calorías.
2. Comen a escondidas.
3. Siempre están a dieta.
4. Presentan grandes fluctuaciones en el peso.
5. Comen hasta el punto de sentirse incómodos.
6. Usan laxantes o diuréticos, o bien vomitan después de haber comido.
7. Tienen frecuentes episodios de “atracones.”
8. Se sienten fuera de control sobre el comportamiento de comer durante los atracones.
9. Presentan aproximadamente dos episodios de “atracones” a la semana, por lo menos durante un período de tres meses.
EFECTOS FÍSICOS:
El enfermo puede sufrir problemas glandulares, irritación de la garganta, desbalance de electrólitos, destrucción del esmalte dental, problemas gastrointestinales, menstruaciones irregulares, edema perifÈrico, y posible cardiopatía si se ha abusado de ciertos medicamentos.