La PCP (fenciclidina) se comenzó a fabricar en los años 50 como anestésico intravenoso. El uso de la PCP en seres humanos se descontinuó en 1965 por haberse descubierto que los pacientes se mostraban a menudo agitados, delirantes e irracionales mientras se recuperaban de sus efectos anestésicos. La PCP se fabrica ilegalmente en laboratorios y se vende en la calle con los nombres de ángel dust, ozone, wack y rocket fuel (polvo de ángel, ozono, chifladura y combustible de cohete). Killer joints y crystal supergrass, (superhierba cristal y porros mortales) son nombres vulgares que se refieren a la combinación de PCP y marihuana. La variedad de nombres vulgares de la PCP refleja sus efectos extra‚os y volátiles.
La PCP es un polvo blanco cristalino que se disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un sabor químico amargo distintivo. Se puede mezclar con facilidad con colorantes y se vende en el mercado de drogas ilícitas en forma de diversas clases de tabletas, cápsulas y polvos de colores. Por lo general, hay tres formas de uso: se inhala, se fuma o se come. Para fumarla se suele aplicar a hojas de plantas, como menta, perejil, orégano o marihuana.
Peligros para la salud
La PCP es adictiva; o sea, su uso suele llevar a la dependencia sicológica, ansias d usar la droga y comportamiento caracterizado por la búsqueda compulsiva de la sustancia. La PCP se introdujo como droga de venta en la calle en los a‚os sesenta y adquirió rápidamente la fama de que causaba reacciones adversas y no valía la pena el riesgo. Muchas personas, después de usar esta droga una vez, no volverán a usarla a sabiendas. Sin embargo, otras la usan de una forma constante y regular. Algunos persisten en el uso de PCP debido a sus propiedades adictivas. Las razones aducidas a menudo por los usuarios como factores del uso continuo de PCP son la sensación de fuerza, poder e invulnerabilidad y un efecto insensibilizante en la mente.
Muchos usuarios de PCP llegan a las salas de urgencia como consecuencia de los efectos sicológicos desagradables o de dosis excesivas de la droga. En el ambiente del hospital o de la cárcel, a menudo se ponen violentos o suicidas y constituyen un verdadero peligro para otros y para sí mismos. Deben mantenerse en un ambiente de calma y no se deben de dejar solos.
Con dosis bajas o moderadas, los efectos fisiológicos de la PCP incluyen leve aumento de la frecuencia respiratoria y elevación más pronunciada de la tensión arterial y la frecuencia del pulso. La respiración es superficial y ocurren rubor y sudor profuso. También puede haber adormecimiento generalizado de las extremidades y falta de coordinación muscular. Los efectos sicológicos incluyen marcados cambios en las sensaciones del cuerpo, similares a los relacionados con la intoxicación etílica. El uso de PCP por adolescentes puede obstaculizar la producción de hormonas del crecimiento y desarrollo normales y el proceso de aprendizaje.
Con dosis elevadas, se reducen la tensión arterial, la frecuencia del pulso y la respiración. Esto puede ir acompañado de náusea, vómito, visión borrosa, movimiento rápido de los ojos hacia arriba y hacia abajo, babeo, pérdida del equilibrio y mareo. Los efectos sicológicos de las dosis elevadas incluyen impresiones falsas y alucinaciones. La PCP puede causar efectos similares a todos los síntomas de esquizofrenia, como delirio, paranoia, confusión mental, sensación de distancia del medio circundante y catatonia. A menudo, la persona habla poco y de una manera incomprensible.
Las personas que usan PCP por períodos prolongados afirman que tienen pérdida de la memoria, dificultad para hablar y pensar, depresión y pÉrdida de peso. Estos síntomas pueden persistir hasta un a‚o después de dejar de usar PCP. También se han notificado trastornos emocionales. La PCP tiene efectos sedantes y la interacción con otros depresores del sistema nervioso central, como el alcohol y las benzodiacepinas, puede causar coma o dosis excesiva por accidente.
Alcance del uso
Estudio de observación del futuro (MTF)*
El estudio de observación del futuro del NIDA realizado en 1997 muestra que el uso de PCP por estudiantes de último a‚o de secundaria se ha reducido constantemente desde 1979, cuando se determinó que 7,0 por ciento de los estudiantes de ese grupo lo habían usado en el a‚o anterior a la encuesta. Sin embargo, en 1997, 2,3 por ciento de los estudiantes de 12° grado habían usado PCP al menos una vez en el último a‚o, lo que representa un aumento de 1,2 por ciento en comparación con el mínimo registrado en 1990. El uso durante el último mes por estudiantes de último a‚o de secundaria disminuyó de 1,3 por ciento en 1996 a 0,7 por ciento en 1997.
Porcentaje de estudiantes de 12° grado que han usado PCP:
Estudio de observación del futuro
1979 | 1985 | 1991 | 1992 | 1993 | 1994 | 1995 | 1996 | 1997 | |
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Uso alguna vez |
12,8% | 4,9% | 2,9% | 2,4% | 2,9% | 2,8% | 2,7% | 4,0% | 3,9% |
Uso en el último año |
7,0 | 2,9 | 1,4 | 1,4 | 1,4 | 1,6 | 1,8 | 2,6 | 2,3 |
Uso en el último mes |
2,4 | 1,6 | 0,5 | 0,6 | 1,0 | 0,7 | 0,6 | 1,3 | 0,7 |
Encuesta domiciliaria nacional sobre abuso de drogas (NHSDA)
Según la encuesta domiciliaria nacional sobre abuso de drogas hecha en 1996, 3,2 por ciento de la población de 12 años o más había usado PCP al menos una vez. El uso durante la vida fue mucho mayor en personas de 26 a 34 a‚os (4,6 por ciento) que en las de 18 a 25 (3,0 por ciento) y en las de 12 a 17 (1,6 por ciento).