Quisiéramos ahora desarrollar un poco más extensamente el concepto de riesgo como variable en la formulación de programas específicos de prevención.
El riego de tener problemas relacionados con las drogas se puede definir como la probabilidad de experimentar situaciones adversas, (económicas, sociales, legales, emocionales, físicas, espirituales) que faciliten el inicio al consumo de drogas.
No todos los problemas son asimilados de la misma forma por los distintos grupos e individuos. Un alumno en cuya familia existan espacios de comunicación y limites claros incluidos en un proyecto de promoción de la salud, no será lo mismo que un niño hijo de padres alcohólicos que fue maltratado. Ambos tendrán distintas necesidades, ya que el aprendizaje varía de acuerdo con el riesgo al que se estÈ expuesto.
CONCEPTO DE RIESGO: Proporciona una vía para diseñar y orientar las intervenciones apropiadas. Define diferentes objetivos como: retrasar el inicio del consumo, evitar el consumo, reducir el consumo, reforzar comportamientos saludables. Ubicar el nivel de riesgo en el que se encuentran los alumnos de una escuela es algo así como hacer el diagnóstico de situación que indique los factores individuales, sociales o ambientales a los que se encuentran expuestos. Esto es, características personales, como autoestima, nivel de frustración, presión de grupo, características familiares, desjerarquización, consumo familiar de alcohol y psicofármacos, y factores ambientales, percepción del consumo, influencia de los medios, etc.
Los niveles de riesgo pueden ser:
SIN RIESGO
BAJO A MODERADO RIESGO
ALTO RIESGO
SIN RIESGO
a) Estrategias de Promoción de la salud
Destinadas a confirmar el valor de estilos de vida libres de droga, y el desarrollo de habilidades personales positivas.
Reforzar hábitos saludables que ya existen, recalcar los beneficios del no consumo y enseñar técnicas para el uso del NO como defensa.
BAJO A MODERADO RIESGO
En ellos podemos encontrar:
a) Estrategias para evitar el riesgo
Destinadas a disuadir el consumo de drogas y estimular la participación en actividades grupales de interés, realizando prácticas de conductas para resistir la presión de grupo y las consecuencias negativas del consumo.
b) Estrategias para reducir el riesgo
Para personas que no han consumido, pero tienen actitudes que los llevarían a hacerlo. Son destinadas a cambiar conductas y se integran con las estrategias anteriores.
ALTO RIESGO
En ellos tenemos:
a) Intervención precoz
Para personas que han empezado a consumir, pero que no son abusadores ni dependientes. Son destinadas a identificar el problema en forma rápida, intervenir para reducir riesgo y orientar hacia la realización de un tratamiento específico.
b) Tratamiento y rehabilitación
Esta estrategia ha sido desarrollada en la Unidad No. 1 cuando hablamos de las formas de abordaje socio terapéutico – educativo. Si hay algo que integra todas las estrategias y las compone totalmente, es la educación, que deberá adecuarse en cada ocasión.
El planteo acerca de los niveles de riesgo permite planificar y ajustar los proyectos de prevención escolar y sobre todo despejar dudas sobre las acciones a desarrollar. Para poner un ejemplo, seria casi sin sentido hablarle de los beneficios del cuidado de la salud y la promoción de hábitos de higiene a chicos que ya han estado o participan en lugares donde simultáneamente a su presencia se consumen drogas. Como tampoco es conveniente describir sustancias, hablar de efectos y secuelas a niños que no han tenido siquiera contacto con el tema, y cuyas familias son contenedoras y desarrollan buenos mecanismos de comunicación.
Por último, pensemos que cuando se proponen intervenciones para la prevención del uso indebido de drogas, el primer paso antes que averiguar el nivel de riesgo en el que se encuentran los alumnos, será conformar un equipo de trabajo. A veces no sólo pensar en esto los educadores solemos desilusionarnos y creer que la formación de comisiones, la interminable burocracia de los proyectos y la pelea de hacer lo que cada uno cree, van a terminar pinchando las buenas ideas. Sin embargo el trabajo preventivo necesita de la labor en equipo, de cambios en el ambiente no solo del aula, sino de la escuela en general, de acuerdos en cuanto al sostenimiento de directrices básicas, y eso solo puede lograrse trabajando cooperativa e integralmente.
La idea sería entonces proyectar el trabajo de otra forma, armar otro tipo de equipo, menos burocratizado, más abierto, espontáneo y cotidiano, que pueda sentir tranquilidad para expresar temores frente a problemáticas que hasta ahora no se habían enfrentado.