Es la persona que da al alcohol u otras drogas una importancia que no merecen. Usa la droga frecuentemente, todas las veces que pueda, buscando sus efectos. La usa para resolver su timidez, para divertirse y combatir el aburrimiento. Se intoxica o embriaga con mucha frecuencia. Busca y crea ocasiones que le permitan o justifiquen embriagarse. Cada vez que esto ocurre, se autoinduce un estado tóxico que daña su salud, y puede crearle problemas a su familia, despilfarrando el dinero que podría ser utilizado en cosas útiles. Para él, lo anormal se ha vuelto normal.
Este tipo de consumidor, así como el adicto, puede llegar a tener problemas en su trabajo, con su economía, con su familia y sus compañeros. Lo más grave es que si tiene la predisposición genética para ser adicto, su abuso le está preparando el camino para llegar allí.