Pero, en caso de que fuera necesario, posiblemente haya que negociar con el adicto a través del consejero. Por ejemplo puede ser que no quiera entrar a un centro, pero esté dispuesto a dejar de consumir y asistir a grupos de doce pasos.
Si el adicto después de negociar sigue firme en su resistencia, entonces el grupo tiene que ceder a su plan. Los miembros del grupo le piden un favor al adicto a cambio de aceptar su plan: que se comprometa por escrito a que si recae de nuevo, entrará a un programa más intensivo. Su recaída será la prueba de que el tipo de tratamiento que eligió no era suficiente para su recuperación. Y así, se trata de conseguir lo que se pueda, sin perder al paciente.