Si usted, o alguien a quien ama es víctima de una adicción, este capítulo es para usted, y si el problema parece lejano de su casa, también debe leerlo, porque esta enfermedad es un azote que ataca a todos los miembros de esa comunidad que conforma la raza humana. Este capítulo es el final y el comienzo; concluye una recopilación de datos informativos, pero marca el inicio, apenas, de una tenaz lucha contra ese enemigo de la sociedad: LA ADICCIÓN.
El momento histórico en que vivimos nos apremia urgentemente a unirnos en un movimiento de prevención mundial para “curar” la epidemia del abuso del alcohol, y el resto de las adicciones que vemos a nuestro alrededor. Las consecuencias de este mal nos afectan a todos: escuchamos diariamente de hijos abusados física, sexual y emocionalmente; niños naciendo con impedimentos físicos a causa de alguna droga, o siendo adictos aún antes de nacer; jóvenes criminales; problemas con el SIDA y otras enfermedades; en los centros urbanos vemos instituciones corruptas; en el campo de países que producen drogas, las tierras se están da‚ando; todas las naciones tienen sectores peligrosos, debido a la delincuencia que este problema genera; hay economías enteras sucumbiendo o basándose en el frágil mito del dinero lavado de los narcotraficantes, etc… ,etc…
Así es que, como se puede ver, sí es algo que nos concierne a todos y cada uno de nosotros. Es un problema sistemático y su respuesta se encuentra en la PREVENCIÓN.
La prevención primaria:
Esta es la primera de tres diferentes clases de prevención que existen en el mundo de la salud. Al hablar de ésta nos referimos a todo lo que hace la persona para nunca enfermarse. Por ejemplo, todos los días muchos de nosotros tomamos jugos naturales, ricos en vitamina C, para evitar resfríos, o hacemos ejercicio para fortalecer el corazón; los hijos de los adictos evitan aquellos comportamientos o droga que podría desarrollar en ellos una adicción. Cuando se habla de prevención primaria en el campo de las adicciones, se está hablando de ayudar a la persona a no usar nunca, cualquier clase de droga legal o ilegal; de evitar el primer contacto, uso o experimento con ella. Si jamás hay uso, nunca habrá drogadicción.
La prevención secundaria:
La prevención secundaria, por otra parte, es ponerle remedio a los primeros síntomas de un problema de salud que van apareciendo en la persona. Por ejemplo, cuidamos nuestra dieta cuando el doctor nos dice que somos diabéticos, para evitar el desarrollo de la diabetes: tenemos síntomas visibles, pero detenemos su progreso tomando ciertas precauciones. Un fumador comienza a tener tos y a manifestar problemas con la respiración; consulta a su médico y este le indica que el sistema bronquial está afectado por la nicotina y, si sigue fumando, su salud empeorará. El individuo deja de fumar, y los pulmones se aclaran. En el campo de la adicción, la prevención secundaria es detener el consumo de la droga en la persona adicta, mediante una intervención secundaria.
La prevención terciaria:
Esta es el tratamiento que se le da a una persona cuando tiene una enfermedad con toda su sintomatología. Es volver a “curar” o arrestar la enfermedad para que la persona recupere su estado saludable. En el caso de las adicciones no se puede curar, pero por lo menos sí se logra detener su progreso y vivir una vida más saludable.
A la larga, las metas de la prevención primaria y la terciaria son las mismas. El plan que se traza un hombre para evitar problemas de salud física, mental o emocionalmente, es el mismo que el adicto requiere para recuperar su salud. Una de las fallas que tuvo el movimiento preventivo durante mucho tiempo, fue enfatizar únicamente la prevención primaria, hasta que se dio cuenta de que hay que alertar al que usa la droga ocasionalmente, y al adicto en que deje de reincidir en su hábito y busque tratamiento para mantenerse. Esto es necesario, porque los consumidores ocasionales, los consumidores excesivos y los adictos, todos influyen mucho en la posibilidad de que el que no usa quede limpio. Todos contribuyen a los problemas que tenemos, y por eso insistimos en que el trabajo preventivo debe ser para todo el mundo.
Problema sistémico, solución sistémica:
Los psicólogos, filósofos e historiadores analizan la sociedad moderna y nos dan miles de motivos a los cuales se puede deber el abuso de las drogas. Hay quienes quieren echar toda la culpa a la familia. Ésta es una solución tan simplista como pensar que se puede resolver toda la problemática con el simple lema de “dígale NO a la droga”. Quienes se basan en un punto de vista menos abstracto, y más real, como son los hechos, las investigaciones y la experiencia, saben que la familia tiene una muy pequeña parte en esto. La crisis que muchos países han sufrido a raíz de la droga, ha dejado ver que algunos sistemas complejos en los que vivimos, contribuyen a facilitar o aún más, a fomentar, el desarrollo de las adicciones. El crimen, la violencia, los divorcios, la pérdida de la espiritualidad y de los valores morales, el abuso de drogas, la avaricia y la corrupción de empleados públicos… son problemas de un sistema que ha perdido su estructura, su estabilidad y sus creencias; un sistema cuya vida “se ha vuelto ingobernable”.
El papel de la familia:
La familia es un factor, solamente uno en este gran sistema, pero el más importante que la prevención debe considerar. El hogar es un sistema que necesita arreglos y modificaciones para que funcione bien y pueda cumplir con su misión, aunque no hay duda de que el ambiente malogra el trabajo de muchas familias respetables. Hay padres muy buenos, que han educado muy bien a sus hijos y éstos, de grandes, decidieron no seguir las enseñanzas de sus padres; optaron por hacerse corruptos porque el ambiente fuera del hogar los controló y los corrompió. Es fácil negar el problema sistémico y huir de nuestras responsabilidades tomando al hogar como chivo expiatorio. No se puede echar la culpa a los padres de todas las acciones de sus hijos adultos, especialmente en lo que se refiere a drogas.
Hasta cierto punto, la sociedad ha abandonado a la familia, explotándola por motivos comerciales, y dándole muy poca ayuda para cumplir con su tarea. Esto es muy obvio al considerar lo que ofrecen los músicos, los actores de cine, las personalidades expuestas en el arte moderno, la programación de la televisión etc. Existen muchas influencias que contrarrestan los esfuerzos que hacen tantos padres para criar a sus hijos. Romper la negación es admitir que todos tenemos responsabilidad en lo que está sucediendo en nuestro mundo: una persona, o no le presta atención al problema; o usa, vende, produce o participa en actividades relacionadas con la droga, o bien lucha en contra de ellas, en pro de la salud mundial. El asunto es que, directa o indirectamente, estamos relacionados con el asunto, y eso, nos hace responsables en cierta medida.
La familia necesita del apoyo del sistema y el sistema necesita contar con una solución que envuelva la cooperación de la familia, pero, ¿Cómo? Los expertos en el campo, insisten en que un trabajo efectivo de prevención solamente se hará cuando se haya destruido la negación. Consideran que la barrera más grande en todos los niveles de la comunidad es precisamente la negación del problema. No se quiere aceptar que es un asunto que nos ata‚e a todos; que donde no hay drogas hoy, las habrá mañana si no se hace algo para evitarlo. Entonces el primer paso es concientizar sobre el tema. Destruir los mitos.
El mundo ha estado escondiendo su negación detrás de las acusaciones a la familia, a las autoridades o a otros países, pero lo cierto es que cada uno debe hacerse responsable. Y esto solo se logra a través de la educación y la intervención, de esta manera las personas se sentirán motivadas a trabajar en el cambio del sistema. Sí, se necesita de todas las familias del mundo para que la obra de prevención sea efectiva.
Estrategias sistémicas:
Las estrategias sistémicas tienen que operar en todos los niveles de la comunidad. Deben tener una estructura; un contenido específico y un proceso.
La prevención debe ocurrir desde los niveles más peque‚os, como el microscópico ADN que un padre y una madre regalan a su hijo en el momento de la concepción, hasta lo más grande, como la ecología que afecta a toda la raza humana. Por supuesto, la familia es una parte importante en esta estructura, pero también lo es cada una de las personas, individualmente, con su responsabilidad ante su propio bienestar y el de los demás. La familia opera dentro de las comunidades en todos los niveles; pertenece a distintos grupos Étnicos con sus propias ideosincracias, así como también con sus actitudes específicas hacia el alcohol y las drogas; la familia es parte integral de las distintas razas, con sus constituciones biológicas y sus tendencias hacia el uso de ciertas sustancias en preferencia a otras. Y, finalmente, la familia opera influida por las acciones de la humanidad entera, involucrada para el bien o para el mal con este problema, y es la humanidad la que está luchando por su supervivencia y equilibrio.
La prevención debe tener estrategias en todos los elementos antes citados, desde los más ínfimos hasta los gigantescos, cuidando la salud de la célula más peque‚a del cuerpo humano hasta el cuidado del ambiente total. Solamente de esta manera podrá disponer la familia de las herramientas necesarias para crear un ambiente saludable para sus hijos; un hogar feliz, equilibrado y bajo control.
Actividades preventivas:
Cuando una joven empieza a cuidar su salud para poder dar a luz hijos saludables cuando se case, está tomando prevenciones primarias a nivel individual. No sucede así cuando futuros padres fuman marihuana y corren el riesgo de dañar sus cromosomas, afectando así a las futuras generaciones. Es prevención familiar cuando las familias tratan de educar a sus hijos sobre el uso apropiado de medicinas y bebidas alcohólicas, cuando les coordinan actividades de recreación sanas y divertidas, para que ocupen su tiempo de forma constructiva.
Por otra parte, es prevención comunitaria y global cuando se lucha por la conservación de parques y ambientes saludables para dejar que los ni‚os jueguen y crezcan en áreas naturales y bonitas. No se está aplicando la prevención cuando se permite que la tierra se destruya y desaparezcan las áreas verdes y naturales, cuando se estructura, para las futuras generaciones, únicamente áreas grises de cemento y ambientes llenos de contaminación. Si los gobiernos cierran los ojos a la destrucción de las selvas y terrenos fértiles, para permitir que se coseche cocaína, marihuana o amapolas, no están previniendo el mal.
Cuando protegemos la autoestima global e individual; cuando respetamos los grupos étnicos y luchamos porque se respete dignamente sus costumbres, ritos e idiomas, estamos ayudando a la prevención del problema. Por el contrario, si fomentamos la discriminación y pisoteamos los derechos humanos de otros grupos, simplemente por no ser iguales a nosotros, y los señalamos como “los peores”, estamos fomentándolo. Otra manera de ayudar a la prevención es cuando la comunidad se preocupa por crear fuentes de trabajo para toda su ciudadanía, sin discriminaciones, para que absolutamente todos y cada uno de sus miembros tengan lo necesario para vivir. Estos son solo algunos ejemplos de las muchas maneras en que, a niveles peque‚os lo mismo que a más grandes, se puede prevenir el problema.
Quizás podamos entender más ampliamente estas estrategias si analizamos lo que significa “prevención” en este tema. Una de las definiciones más usadas es la siguiente:
“La prevención es crear un ambiente en el que el ser humano pueda llenar todas sus necesidades físicas, mentales, sociales, emocionales y espirituales, sin tener que recurrir a drogas o cualquier otro tipo de comportamiento destructivo”.
La meta de crear un ambiente saludable solamente se hace posible con la cooperación de toda la estructura. En este ambiente, todos los niveles encuentran la respuesta a sus necesidades básicas, sin recurrir a comportamientos negativos como la plantación o producción de drogas, o bien su tráfico, venta, compra o uso.
Las coaliciones:
La mejor fórmula que se ha encontrado para estructurar la comunidad completa ha sido mediante la creación de coaliciones. Se supone, por el éxito que ha demostrado, que en los próximos cinco a‚os, todas las ciudades de Estados Unidos tendrán una coalición funcionando, como la tienen ya muchas ciudades del mundo en este momento.
Una coalición es un conjunto de comités voluntarios con representación de todos los grupos de la comunidad, del sector privado y del público, que se reúnen para investigar el problema en su sector, establecer metas y objetivos, planificar estrategias, y desarrollar planes de acciones. Constantemente evalúan sus actividades y su mayor meta es hacer que cada barrio en su comunidad cuente con las herramientas, el poder y los conocimientos necesarios para crear un ambiente libre de alcohol y drogas.
La coalición tiene como función apoyar a cada barrio local en hacer lo que sea posible para su gente, buscando los recursos para que sus problemas se resuelvan. En algunos barrios, la meta es destruir propiedades o casas vacías o viejas que los traficantes usan para vender drogas. En otros, hacer que las iglesias comiencen ministerios contra la droga. En el mundo del trabajo, es animar a los empleadores a promover un programa de prevención y ayuda para sus trabajadores, y fomentar un ambiente libre y sano en su lugar de trabajo.
Entre las funciones de las coaliciones está la de exigir a los políticos y legisladores que otorguen más fondos y establezcan leyes que hagan que la justicia quite al traficante todo el dinero que ha hecho por medio de la droga.
Así, con la participación de todos, es como lograremos algún día vencer en la lucha por la salud y la felicidad.
Tratamiento/Recuperación/Rehabilitación:
La junta directiva de la coalición, está formada por ejecutivos de grandes corporaciones, universidades y negocios. No pueden enviar ningún sustituto a las reuniones de la junta, es responsabilidad de ellos participar activamente en todas las reuniones. Esto ha hecho, que gran parte del poder político y económico se haya unido para llevar a cabo planes de acción efectiva dentro de la comunidad, lo que anteriormente ningún movimiento había podido hacer, ni aún el de Padres de Familia, que surgió en Estados Unidos en 1,978 y todavía hoy está funcionando.
El impacto de la prevención es enorme; un dato representativo de lo que se ha podido lograr es que, en tres meses, la Cámara de Comercio de Miami desarrolló una campa‚a preventiva tan extensa, que a raíz de la concienciación y educación que logró, pudo contar como miembros de su programa a un número tan grande de compañías, que sus empleados ascienden a más de 250,000 sólo en Miami. Otro factor muy importante, es que obtuvieron gratuitamente espacios en televisión, radio y periódicos que hubieran representado más de tres millones de dólares.
Se espera que pronto llegará el día en el cual habrá una coalición mundial, en la que todos trabajen por un mundo mejor para sus hijos. Es un modelo de estructura que ofrece muchas esperanzas para prevención efectiva.
A Guatemala aún le falta mucho para que la sociedad pueda ponerse de acuerdo en algo y actuar en forma conjunta para resolverlo. No espere a que esto suceda, conviértase en un activista de esta noble causa y empiece en su hogar, en el colegio en que estudian sus hijos, en su vecindario etc. VALE LA PENA.