Los Doce Pasos son una serie de puntos bien analizados, que se dirigen directamente a los síntomas de la enfermedad, de los cuales hablamos. Van al corazón del problema, usando un vocabulario algo “moralista” para solucionar un problema médico, con sus componentes mentales, emocionales y espirituales, además de físicos. Al examinar los pasos, también encontramos que tienen todos los elementos del proceso terapéutico formal, desde el punto de la identificación del problema, hasta la práctica integrada de los nuevos comportamientos, sentimientos e ideas en todas las áreas de su vida. A continuación, vamos a analizar algunos de los Pasos para aclarar esta comparación.
El primer paso dice: “Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol (o la droga, o la comida, o el juego, etc.) y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.” Desde el punto de vista de lo que es la enfermedad, este paso no es mas que una referencia a los síntomas de perdida de control; compulsión física; obsesión mental. Por otra parte, si hablamos en términos del Proceso Terapéutico, vemos que el primer paso necesario para establecer un plan de tratamiento es definir el problema para entonces poder establecer la meta del tratamiento. En el primer paso, la persona justamente, admite y define su problema.
El segundo paso dice: “Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podría devolvernos el sano juicio.” Desde el punto de vista de la enfermedad, esto no es mas que una referencia a los mecanismos de defensa inconscientes que llevan a un desorden de pensamientos de autoengaño que no permite que el adicto vea la realidad como es, y por eso niega que tiene problemas. Está ajeno a la realidad y no lo sabe. Hablando en términos del proceso terapéutico, el paciente desarrolla la esperanza de que, con la ayuda del terapeuta, él va a poder resolver su problema, el cual le pareció muy confuso cuando trató de resolverlo solo. Con otra mente que le ayude a pensar, él va a poder solucionar la situación y llegar a una meta sana. El poder superior en el caso terapéutico es el terapeuta.
El tercer paso dice: “Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos”. En cuanto a la enfermedad, no es más que una referencia al reconocimiento de que el sistema de autoengaño, la perdida de control, la obsesión y la compulsión, son elementos demasiado poderosos para tratar de combatirlos solo. Tiene que aprender de otra manera de manejar su vida. Hablando en términos del proceso terapéutico, es el momento en el cual se ha establecido la confianza entre el paciente y el terapeuta a tal grado, que el paciente participa en el proceso con éste para cumplir con las metas de la terapia. Cree en la capacidad del mismo para ayudarlo a cambiar, y se entrega a trabajar con él para entrar al verdadero proceso de cambio.
El cuarto y quinto paso: ” Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos… Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.” En cuanto a la enfermedad, no es más que una referencia a todos los síntomas emocionales y comportamentales que le causan resentimientos, culpabilidad, autocompasión, o que le hace sentir como víctima o héroe cuando usa la droga.
En cuanto al proceso terapéutico, estos pasos representan la catarsis de todos los síntomas emocionales y de comportamiento que amenazan la recuperación del adicto. En el proceso de recuperación, una vez hecha la catarsis, el paciente está listo para reconstruir su vida, libre de toda “basura” de la que habla el psicólogo Fritz Perls, de la escuela Gelstadt. Estos pasos representan, entonces, la limpieza de la basura que impide la vida saludable y feliz del adicto y su familiar.
En fin, podríamos continuar con estas dos comparaciones hasta el doceavo paso, pero consideramos que la explicación ha quedado clara. Ahora entendemos que los Doce Pasos han tenido éxito con el adicto porque atacan todos los síntomas de la enfermedad, menos los físicos, y lo hacen siguiendo un proceso terapéutico. Para lograrlo, los fundadores de Alcohólicos Anónimos recibieron ayuda de psicólogos como el Doctor Silkworth, y de grandes mentes como William James. Además, en esta tarea, recibieron la inspiración de Dios, como ellos lo concebían, hecho que agradecieron en centenares de ocasiones durante sus convenciones y conferencias.
A pesar de que Los Pasos están revestidos de un vocabulario “moralista” hablando de “defectos de carácter” o “exámenes morales”, etc., en vez de ser escritos en términos psicológicos, han demostrado en la práctica que son efectivos. Estos no solo detienen el proceso de la enfermedad y ayudan al individuo a disfrutar de una vida sana, mental y emocionalmente, sino que también contrarrestan los síntomas biológicos de su enfermedad. Por eso, muchísimos grupos han optado por no buscar otro formulario, y se han atenido a lo que A.A hizo, pues se dieron cuenta que eran universalidades que podían aplicarse de muchas maneras, para muchos problemas.
Brevemente, siguiendo nuestro recorrido de los Pasos, notemos que los dos siguientes, el 6 y el 7, se concentran en la aceptación de la realidad en sus propios términos, y no como el adicto quisiera que fuera la realidad. Después de realizar estos dos Pasos, la vida no se ve como una fuente de “victimización”, sino como una oportunidad de crecer cada día.
El octavo y el noveno le hacen arreglar sus relaciones humanas, borrando la culpa y los resentimientos que pueda tener guardados todavía.
El décimo Paso equivale a lo que llamamos ” La prevención de la recaída”, en donde el adicto hace un examen diario de sus reacciones a la vida para estar seguro de que está viviendo plenamente. Este paso asegura que el adicto no permita la entrada de los síntomas de su enfermedad, sobre todo, de la parte mental y emocional del autoengaño.
Por último el onceavo paso, le sugiere la oración, la meditación, y una espiritualidad que le permite ver la gran sabiduría y amor en lo que la vida le entrega. Este es el paso que le confiere el poder suficiente para enfrentarse con lo que venga, sin usar drogas, al lado del Ser Superior como él lo concibe.
El paso doce le dice que, teniendo a mano las herramientas necesarias para vivir una existencia fructífera y sana, vaya a compartir sus descubrimientos con otros que están comenzando el camino que, hace Doce Pasos atrás, él inició. Y así, el ciclo comienza una vez más.