Cuando una persona es adicta, su modo de sentir, de pensar y de comportarse está completamente alterado, necesita de la droga para establecer un equilibrio en su cuerpo y en su personalidad, esto hace que el uso de la droga llegue a ser tan importante para el adicto como la vida misma. El centro instintivo de su cerebro le pide alivio y hace que vea la droga como algo imprescindible para sobrevivir.